lunes, 21 de febrero de 2011

violencia y conflicto vs. autoridad y respeto

Tras la exposición del vídeo en clase y la lectura del texto pertinente sobre la revolución de conflictos y la autoridad del maestro no queda más remedio que sacar una serie de conclusiones.

Para comenzar considero necesaria la necesidad de que nosotros como futuros docentes seamos capaces de enseñar a nuestros alumnos el día de mañana a través de los conflictos que puedan surgir en un aula o en un centro educativo. Ya que a partir de ellos solventamos ya no solo que no se vuelvan a producir en un futuro. Si no que además estos conflictos. Ya sean violentos, de agresiones verbales o psicológicas tales como el rechazo u otras muchas formas quedaran marcados en nuestros alumnos. De tal manera que serán ellos mismos quienes respondan de manera más adecuada ante cualquier problema de esa índole en el futuro.

Para llegar a este resultado contamos con diferentes modelos y técnica de actuación en las que la autoridad y protagonismo de los alumnos implicados cambian completamente de rol dependiendo del caso en el que nos encontremos:

Modelo punitivo: Se trata básicamente de la aplicación de un castigo ante un comportamiento inadecuado o problema surgido en el aula o centro escolar. Este sistema tiene la ventaja de que es rápido y solventa los problemas aparentemente rápido en el momento. El problema llega más tarde. Ya que este sistema hace que el maestro obtenga una característica de autoridad dictatorial que poco a poco irá ganando el antirespeto del profesor. Lo que lograra que tarde o temprano su voz no tenga valor. Por otro lado. El alumno se ve indefenso ante el profesor y su palabra o ante el agresor. Quien posiblemente acepte el castigo, pero no entienda el porque de la sanción y vuelva a cometer tarde o temprano el delito.

En este sentido es la crítica que hay que hacer al vídeo que se nos puso el otro día en clase. El profesor ya de por si tiene una autoridad, que si es bien manejada puede ser muy útil para la enseñanza de valores en la escuela y normas de convivencia en la misma. El problema y el temor de los padres viene cuando la nueva ley aprobada, que vuelve a dar dicha autoridad al profesorado pueda tener una mala praxis y en consecuencia no se solucione nada puesto que se aplique el anterior sistema. De este modo el profesor se convertiría en un autentico tirano en su clase y al que nadie tendría respeto. sería volver a esa vieja escuela de libros y reglas para el castigo. Y sería volver al principio de todo.

Por otro lado. Esta nueva ley puede ser bien vista por los docentes, ya que se les devuelve aquello que poco a poco hemos perdido nosotros solos por nuestra cuenta. Y además. Podemos añadir también, que es un buen escudo contra una sociedad que se ha vuelto en contra del maestro. Una sociedad que ha desprestigiado por si sola el valor del maestro y su imagen de valor para formar futuras sociedades. Pero.¿A qué precio?. Si cogemos la letra pequeña de esa ley seguramente encontraremos alguna perdida de derechos por parte del docente y del alumnado. Cosa que no sera muy bien recibida en el futuro cuando todos nos demos cuenta.
Los otros dos modelos son el relacional y el integrado. Ambos son muy parecidos y se basan en el mismo sistema. Lo único que diferencia al primero del segundo mencionados es una pequeña característica. Ambos intentan solucionar los problemas buscándolos desde la raíz de una manera calmada, con ayuda de un mediador y siempre a través del dialogo. Al buscar el problema desde la raíz y dialogar con las partes implícitas, lo que se logra es que ambas entiendan el porqué del conflicto. Su posible solución y acatación de la sanción correspondiente. De este modo las partes interiorizaran mejor sus errores y aceptaran la sanción correspondiente sin rechistar. De este modo se evitara también que en un futuro del problema se repita. La única diferencia es que en el primero este diálogo queda cerrado de manera privada entre las partes implicadas y el mediador. Mientras que en el segundo, es necesario un perdón público y se hace saber al resto de la comunidad educativa la sanción y el porqué. De este modo toda la escuela es participe del proceso.

He de decir que los tres modelos los he vivido en mis propias carnes. la verdad es que cada profesor tenía su manera de actuar y su modo de resolver los problemas de manera particular. Bien es cierto que el sistema punitivo es el que mayormente he visto usar en la escuela a lo largo de mi vida como estudiante. En la actualidad también lo he visto usar en la escuela moderna. Aunque en menor medida y es sustituido por el integral y relacional.

En cuanto al aulario. El sistema que tuve era estrictamente el punitivo. Y he de reconocer que no servía para nada. Solo valía para incrementar el estado de crispación entre todas las partes implicadas. Porque bien es cierto que un niño traga con lo que el maestro le dice. Pero un adolescente, con sus ansias de comerse el mundo siempre tendera a abrir la boca, contestar mal por defenderse y un parte o expulsión no es la mejor forma de solucionar estos problemas.
Ya en el instituto el sistema cambio por completo y el dialogo era la forma primordial de solucionar los problemas. A no ser que pasaran de castaño oscuro. En ese caso se recurría a otros métodos más estrictos.

En definitiva, la conclusión que puedo sacar de todo esto es que la violencia en las aulas, la falta de respeto hacia el profesorado y agresiones no pueden ser solucionadas por decretazos. Si no a través del dialogo. De este modo la tensión se rebajara y todas las partes implicadas en los procesos problemáticos acabaran ganando su lugar.

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